¿Pueden convivir los valores cristianos con el trabajo diario de una organización aconfesional como la nuestra? El tiempo nos ha demostrado que sí, y el pasado 9 de marzo tuvimos la suerte de poder compartir los frutos de este estimulante reto con una visita muy especial: la del obispo auxiliar de Valladolid, D. Luis Javier Argüello García, quien, como parte de su visita pastoral a la Parroquia de Santa Clara, quiso venir a conocer a la familia de Proyecto Hombre.
La jornada consistió en un encuentro emotivo y cercano en nuestra sede de la calle Linares donde D. Luis pudo conocer la organización a través del testimonio de algunos miembros del equipo, patronos de la Fundación Aldaba, voluntarios, usuarios y familias.
En un primer momento, se reunió con equipo, patronato y voluntarios. En su intervención, comenzó compartiendo con los asistentes experiencias de su trabajo de base y compromiso social en el campo de las drogodependencias. Recordó la dureza de una década, la de los 80, en la que, desbordados por el drama social generado por las drogas, quienes trabajaban en este ámbito se encontraron en su camino con “aciertos y fracasos” pues, cuando se trata de luchar contra esta problemática, “la voluntad sola no basta”, admitió.
“Pero las «aventuras» sociales a menudo comienzan en caos”, respondió la directora de la Fundación, Mª Paz de la Puente, quien agradeció al D. Luis la inspiración e impulso que para Proyecto Hombre supusieron sus trabajos iniciales como primer presidente de la Comisión Justicia y Paz de Valladolid y su colaboración con Cáritas en el campo de las drogodependencias. “Trabajamos con el dolor y el drama, por lo que unas veces sabemos hacerlo y otras no tanto”, admitió Mª Paz.
Reconstruir ilusiones en estas personas no resulta sencillo, comentó D. Luis, pues en ellas conviven, a su juicio, una herida interior, una falta de sentido en su vida y un entorno poco favorecedor.
Para hacer frente a esta dura tarea, en Proyecto Hombre siempre hemos procurado adaptarnos a las necesidades sociales propias de cada momento. Como indicó Mª Luisa, trabajadora social y también parte del equipo inicial de profesionales, “somos como un árbol cuyas ramas van creciendo, cuyos brazos se van extendiendo para llegar a nuevas realidades”.
En la raíz de este árbol, sosteniendo el tronco con su solidaridad, están los voluntarios. Algunos de los más veteranos, como Lourdes, Tomás o Félix, compartieron sus reflexiones sobre el voluntariado con Luis Argüello y le agradecieron la sencillez y naturalidad con la que el prelado se mostró ante los allí presentes.
Tampoco en la raíz podía faltar el patronato, los representantes de las siete instituciones religiosas que apoyan nuestro trabajo diario. Francisco Cilleruelo, presidente de Fundación Aldaba, destacó el alto grado de compromiso de todas aquellas personas que forman el árbol de Proyecto, así como su apuesta por acoger “a los excluidos entre los excluidos”. Otro de los patronos presentes en el acto, el salesiano Pedro Antonio Arroyo, resaltó además la belleza de un encuentro que había reunido a personas muy variadas en cuyo trabajo diario, “más allá de lo confesional o aconfesional, se comparte un fin común, unos valores comunes”. D. Luis destacó también su admiración por esta convivencia positiva entre lo confesional y lo aconfesional que siempre ha acompañado a FA-PH. Se trata ésta, señaló, de una tarea complicada, pues supone el reto de respetar las creencias de los demás desde la convicción, en su caso, de que “detrás de todo está el amor de Dios”.
Asimismo, nos destacó como ejemplo de una relación Iglesia- mundo no tan marcada por la religiosidad, sino por la presencia de “sujetos confesantes”, es decir, “voluntarios, terapeutas y todas aquellas personas que, con su formación y capacidad de acogida sepan aportar no solo valores, sino también abrazos que reconforten a quienes más lo necesitan”. “La apuesta por la farmacología sola no sirve”, añadió, para quien el apoyo médico a los usuarios debe complementarse con “algo que no nos pertenece pero en lo que creer: Cristo, un abrazo de misericordia y un fuerte compromiso social”.
Al encuentro con patronos, trabajadores y voluntarios le siguió la ocasión de compartir café, abrazos y palabras de apoyo con algunos usuarios en tratamiento y sus familias. Nos gustaría enviar nuestro más sincero agradecimiento a D. Luis Argüello por la calidez de su visita, así como por su inspirador compromiso con todo aquel que necesita reconstruir ilusión.