Veintidós años pasan en un suspiro. Pero cuando echas la vista atrás, te das cuenta de que una tradición que viene celebrándose desde el año 1997, ya es una TRADICIÓN con mayúsculas. Y como tal hemos celebrado el pasado 28 de septiembre la 22.ª edición de la Marcha-Fiesta de Proyecto Hombre Valladolid. Una jornada de convivencia, risas, confidencias, deporte y… comilona.
Con 10 minutos de retraso salieron los atrevidos que optaron por realizar la marcha. Un grupo numeroso de personas que atravesaron los principales parques de la ciudad, con la bolsa de la ilusión colgada a sus espaldas. Casi tres horas después llegaron a destino: la Residencia Don Bosco, en el barrio de Pajarillos. En este punto debemos agradecer a Rogelio, su director y patrono de nuestra Fundación Aldaba, volver a cedernos su espacio un año más para nuestra causa. Una comitiva esperaba a los caminantes para aplaudir su esfuerzo y entrega. Unas fotos en el photocall de llegada, música y a descansar… Pero poco, que enseguida empezó el taller de percusión de Yonder, en el que varios atrevidos se emplearon a fondo para seguir sus directrices. Al final, todos los tambores sonaban al unísono. Mientras, otros tantos participaban en los juegos que proponían los integrantes de El Anillo Único. Juegos no convencionales, intrigantes a la par que divertidos, con los que se entretuvieron mayores y pequeños. Luego fue el turno de las danzas del mundo de Radalaila. Unos más coordinados que otros, pero todos con el ritmo en los pies.
Llegaron las 2, y con ellas las paellas que , de manera desinteresada, hicieron los cocineros del Diego de Praves: riquísimas y en su punto. Les damos las gracias por todo el apoyo, aunque el agradecimiento más bonito para ellos es que más de uno repitió. Y más de dos también. Mientras tanto, llegaba el turno del postre: el famoso concurso de Marcha-Chef permitió a todos los participantes endulzarse la boca con las apetitosas tartas. Y como colofón, el sorteo de los regalos con la magnífica bicicleta, que más de uno quería pero que solo uno tendría. En este caso una: ¡felicidades, Inma!
Y muchas felicidades a todos por participar en un evento de solidaridad y convivencia, que ayuda a Proyecto Hombre a cumplir objetivos y dar servicio a aquellos que lo necesitan. Porque la labor que hacemos en Proyecto Hombre es para todos.