Este año, la memoria de Proyecto Hombre de 2018 recoge los hitos más importantes y los estructura de manera cronológica por meses. Además, se ha dividido en cuatro grandes grupos: Proyecto Hombre en Femenino, El Valor de la Comunicación, Corpore Sano y la Persona como Recurso, ejes fundamentales para nuestro Proyecto.
Una de las ideas principales es que no hay que dejarse engañar por nuestro nombre. La atención a mujeres afectadas por el uso del alcohol, tranquilizantes y otras drogas tiene un programa propio en nuestro Proyecto: el Programa Frida. Este programa pretende acompañar a las mujeres en la búsqueda de su empoderamiento frente a las situaciones de riesgo de consumo de drogas. En 2018 participaron 154 mujeres. También se atendieron 22 personas condenadas por delitos de violencia de género mediante el programa de PRIA-MA, en el que se trabaja el respeto por la persona y la capacidad de cambio, entre otros.
La comunicación es el eje fundamental para la metodología establecida por Proyecto Hombre para poder abordar las diferentes problemáticas. Trabajamos con familias, para que los padres, madres o tutores sean capaces de mejorar las relaciones con sus hijos y eviten situaciones de riesgo para el consumo de drogas o las situaciones de violencia. Nos preocupa, y tratamos de poner soluciones, a la violencia filiparental, al consumo o acercamiento de los menores a las sustancias, especialmente al cannabis y al alcohol, pero también a la creciente dependencia a las TIC’s y al juego de azar.
La innovación y la investigación es la manera en que Proyecto Hombre seguimos avanzando para dar nuevas soluciones más eficaces y eficientes a las nuevas y tradicionales problemáticas que constatamos existen en nuestra sociedad más cercana. El deporte y el establecimiento de hábitos de vida saludables son vitales y fundamentales para la realización de la persona, y por ende, para salir de dinámicas insalubres y crear de la persona un recurso en todos los sentidos. Trabajamos mano a mano con empresas para la inserción de laboral de nuestro usuarios, porque tener y mantener una independencia económica y afrontar esas responsabilidades ayudan en el proceso. Creemos firmemente en una formación continua para todos: profesionales, usuarios, responsables municipales, trabajadores… Porque educarse significa crecer. Y al crecer uno mismo ayuda a crecer a los demás.
En cuestión de cifras, se han llegado a atender a casi 3.000 personas, entre actividades directas de tratamiento o programas dirigidos a la prevención. En los programas residenciales o ambulatorios, la droga principal que motiva la intervención es el alcohol, seguido de la cocaína, mientras que en el Proyecto Joven el perfil es el de una persona policonsumidora, con una edad media de en torno a los 16 años. El cannabis es la droga que genera mayores conductas antisociales.
Durante 2018, se han formado y asesorado a más de 280 personas en temas relacionados con las adicciones. Todo ello desde un equipo formado por 21 personas y con 70 voluntarios que desarrollan su labor de una manera ejemplar.
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